domingo, 26 de octubre de 2014

LUGARES DEL MUNDO: MENORCA

CINCO DÍAS EN MENORCA
 
Menorca, la isla más septentrional de las Baleares es mi debilidad...sus playas del Norte, tan diferentes de las del Sur, lo bien cuidada que está...ser reserva de la Biosfera ayuda y mucho!
Para cerrar el verano, tuve la suerte de poder escaparme unos días a este pequeño paraíso con una amiga. Por si alguna vez os apetece ir, aquí va un pequeño planning de qué hacer cinco días por allí.
 
Maó - Puerto


Aterrizas en Maó, donde se encuentra... ¡el segundo puerto natural más grande de Europa! Con lo pequeña que es la isla, de solo 60km de distancia entre un Ciutadella y Maó, tiene una apertura al mar realmente bonita. Al ser la isla más alejada de la Península, es la primera a la que llegaban todos los barcos que surcaban por el Mediterráneo. Por eso, a la entrada del puerto, se encuentra la Fortaleza de la Mola, construida para defender la ciudad de ataques en los siglos pasado.
 
El primer día, fue un poco de adaptación y, tras pasear por el puerto - en verano, repleto de embarcaciones atracadas en los muelles- nos acercamos a tomar una Xibeca y picotear algo en el Mirador. Subiendo las escaleras grandes que unen el Puerto con el centro de la ciudad, a la izquierda encuentras este pequeño bar/terraza. Puedes disfrutar de platos frescos, saludables, originales y hecho con mucho arte por un cocinero italiano muy majo y agradable.
 
Salimos de Maó y, tras instalarnos y descansar un rato, cenamos en el precioso Pueblo de Pescadores de Binibequer.
 
Pueblo de Pescadores - Binibequer
Vista nocturna puerto Binibequer
DÍA 2
La isla cuenta con numerosas alojamientos de lo más diverso...personalmente, me gusta disfrutar de los lugares que visito intentando vivir como los lugareños, así que optamos por una casita blanca con una pequeña terraza en la planta superior para desayunar todos los días viendo el mar.


Sobrasada menorquqina - desayuno

Aunque el día amaneció solynubes, nos fuimos a disfrutar de una de las playas del Sur - Platja Binibeca-. El azul del cielo nublado de esta foto es casi más claro que el del agua. El gran número de bañistas demuestra lo a gusto que se estaba en la playa a pesar de no tener un sol radiante.

Platja Binibeca
 
El día se fue despejando, así que quisimos deleitarnos con una de las calas más famosas de la isla -Cala Macarella-, la que hace unos años salió en el anuncio de una marca de cerveza. Verla en directo es aún más impresionante, aunque el agua estuviera revuelta y la parte más cercana de la playa esta llena de posidonia. Como bañistas, puede que no resulte agradable que haya tanta alga...pero, pensando en el futuro, la posidonia es sinónimo de salud del mar...así que cuanto más haya, mejor están esas aguas.
Las vistas de esta cala, flanqueada por rocas, con aguas verde esmeralda, son de foto!

Cala Macarella

 
DÍA 3
Optamos por el Norte, hacia la Platja de Binimel·la, una playa grande, llena de rocas y peces, donde las gafas de submarinismo son casi obligatorias si quieres disfrutar de la naturaleza viva que hay dentro del agua.
El acceso a esta playa implica una pequeña caminata desde el párking, ya que es una zona de playas semivírgenes, con caminos privados que solo se pueden hacer andando o en bici...o llegando por el mar. Es la antesala de Cala Pregonda, merece la pena hacer el esfuerzo -unos 30minutos andando- para disfrutarla. El camino es muy agradable y sorprendente, atraviesas una pequeña laguna con patos y ocas.


Mamá Pata & patitos en la laguna - Platja Binimel·la
 
¿Habíais visto algo así tan cerca de la playa? Para mí, es único.
 
Sabíamos que la caminata iba a merecer la pena porque luego llegaba el homenaje en Can Bernat, un restaurante de comida típica menorquina en la carretera Maó-Fornells. Empiezas con una aperitivo de quesos de la tierra para abrir boca. Como plato principal, optamos por el menú: mejillones al vapor, gambas a la plancha (impresionantes) y bandeja de pescado frito variado acompañado de sus riquísimas patatas fritas caseras. Es que se me hace la boca agua, solo de volver a pensar en ello...lo mejor, todo autóctono y fresquísimo. Ahora, también os digo que es difícil poder acabártelo, puedes solicitar que te lo preparen para llevar.

Can Bernat - aperitivos quesos menorquines

Can Bernat - gambas a la plancha
 
Esta comilona bien merecía una siesta...hay una cala muy cerquita, perfecta para la ocasión: Sa Mesquida.
Vistas de la torre costera de defensa -s. XVIII- desde Sa Mesquida
 
DÍA 4
Las playas del Norte de Menorca, me recuerdan bastante a la Costa Brava: arena de piedrecitas, muchas rocas en el mar...pero no todas son así. Nuestro penúltimo día, quisimos disfrutar de una de las playas del Norte, de las que son diferentes, de arena fina y clara: Cala Pilar. Es una de las que tiene el acceso más difícil -45 minutos andando desde el párking-, un camino en plena naturaleza, con numerosos árboles para protegerse del sol. Cuando empiezas a ver que se abre la vegetación, bajas por un camino de rocas y avistas el mar, piensas...¡esta isla no para de sorprenderme!
Cala Pilar

Es una cala muy bonita, con poca gente, perfecta para echar el día entero, disfrutar de sus barros, nadar hasta un islote que hay mar adentro, relajarte...sinceramente, ¡es impresionante!.
 
Era nuestra última noche en la isla y pudimos compartir mesa con unos amigos en otro restaurante de visita obligada, siempre que piso la isla en temporada: La Caraba. Está ubicado en un casita típica menorquina cerca de Sant Lluis. Las cenas se hacen en el exterior de la casa, el pequeño edificio es el centro de operaciones de la cocina. Tienen una carta variada que cambian cada año, con platos estrellas que sobreviven temporada a temporada porque están espectaculares: por ejemplo, las sardinas marinadas. Siempre hay que dejar hueco para el final, aquí en la foto, podéis ver que entran ganas de comerse la foto: los postres, todos caseros.
 
 
La Caraba - surtido de postres-
 
DÍA 5
Último día, toca recoger y finalizar estas breves vacaciones por el paraíso. Ese día aprovechamos para darnos otra vuelta por Maó, visitando el Claustre - mercado de día, zona de conciertos al aire libre de noche- y tuvimos un encuentro inesperado, con una escultura que llamó mucho nuestra atención:
Maó: Claustre - vaca lectora
 
También aprovechamos para recoger encargos que habíamos hecho en una tienda típica de abarcas que hay en el puerto: S'Abarca. Fabrican manualmente el calzado menorquín por excelencia, las abarcas. Son de piel y te las customizan con todo lo que les pidas. Aquí podéis ver las herramientas que utilizan para el primer pegado de la suela con la base donde apoyas el pie.

S'Abarca - Puerto de Maó - Abarcas menorquinas, modelo chanel



 
Y vuelta a la rutina...reconozco que estos cinco días fueron un auténtico punto de inflexión, volví con las pilas recargadas, habiendo disfrutado mucho de la isla y, por supuesto, de la compañía. Sé que volveré...y no tardando mucho.
¡Fins aviat, Menorca!
 
¡Feliz semana!


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